La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria del Sistema Nervioso Central (cerebro, cerebelo, tronco encefálico y médula espinal) que se produce por el ataque del sistema inmunológico contra la mielina.

La mielina es una sustancia aislante que rodea los nervios y es necesaria para la transmisión de los impulsos nerviosos.

La destrucción de la mielina impide el funcionamiento normal del Sistema Nervioso y provoca la aparición de los síntomas característicos de la enfermedad.

Las lesiones reciben el nombre de "placas" y varían en el tamaño, en el momento de su aparición y en su grado de actividad. Por ello, están diseminadas en el tiempo y a lo largo del Sistema Nervioso Central (SNC).

La EM se define como una enfermedad neurológica crónica, degenerativa y, hoy por hoy, incurable, aunque algunos tratamientos se han revelado capaces de modificar el curso de la enfermedad.


Un poco de historia

La Esclerosis Múltiple fue denominada así por los americanos, mientras que los ingleses la llamaban "esclerosis diseminada" y los franceses "esclerosis en placas". Aunque todos coincidieron en llamarla "esclerosis" (cicatriz o endurecimiento), cada uno de ellos centró su atención en un detalle distinto, imponiéndose finalmente el primero ("muchas cicatrices"). Es "múltiple" porque son diversos y numerosos sus síntomas, es "diseminada" porque se extiende corporal y temporalmente y es "en placas" porque se manifiesta en lesiones focalizadas.

El primero en plasmar la enfermedad en ilustraciones fue Carswell (1938), el primero en describirla fue Cruveilhier (1829-1842) y el que realizó el primer diagnóstico en un paciente vivo fue Frerichs (1849). Pero el que definió con precisión los síntomas de la EM fue el médico francés J.M. Charcot (1868).


Causas

Se desconocen los factores o causas que la desencadenan, por lo que no es posible prevenirla. Se presenta en personas genéticamente predispuestas sobre las que actúan algunos factores externos, en gran parte desconocidos.


Epidemiología

La EM es la enfermedad neurológica crónica más frecuente entre jóvenes y jóvenes-adultos en Europa y Norteamérica. La EM no es una enfermedad infecciosa que pueda contagiarse y tampoco es una enfermedad hereditaria.

Estudios epidemiológicos demuestran que la incidencia (número de casos ocurridos por unidad de población en un tiempo dado) y la prevalencia (número de casos existentes por unidad de población de la EM) son superiores cuanto más nos alejamos del trópico, entre los 40º y los 60º de latitud norte y sur. No tiene una distribución homogénea.

Afecta a más mujeres que hombres (aproximadamente a dos mujeres por cada hombre). Las diferencias raciales también son importantes, siendo más propensas a desarrollar la enfermedad las personas con orígenes nórdicos que las pertenecientes a grupos raciales procedentes de África.

Según el Atlas Mundial de la EM, en España para el año 2008, los principales datos epidemiológicos son:

  • Prevalencia: 59 personas afectadas por cada 100.000 habitantes.
  • Incidencia: 3,8 personas afectadas por cada 100.000 habitantes/año.
  • Edad media de inicio: 30 años.
  • Ratio mujer/hombre: 2,27 (casi el 70% de las personas afectadas son mujeres).

En España sufren esta enfermedad entre 30.000 y 40.000 personas, considerándose una zona de riesgo medio-alto.


Tipos de Esclerosis

Existen varias formas descritas de evolución de la EM: recurrente/remitente (EMRR), progresiva secundaria (EMPS) y progresiva primaria (EMPP). Algunos científicos admiten también la existencia de una forma benigna de EM (se producen recaídas leves de forma intermitente, pero las recuperaciones son casi completas).

  • Recurrente/remitente: se producen episodios agudos con periodicidad variable a los que suceden mejorías y estabilización. Suele quedar alguna secuela que se va acumulando a las que existían antes del brote.
  • Progresiva secundaria: suele evolucionar desde una forma recurrente/remitente, que tras un período inicial con brotes empeora paulatinamente sin remisión.
  • Progresiva primaria: desde el comienzo, la enfermedad evoluciona con un empeoramiento progresivo sin que se aprecien ni recaídas ni remisiones.

El 90% de las personas afectadas de EM presentan inicialmente la forma recurrente/remitente, y en un 50% de esos casos, y tras 10 años de evolución, desarrollan la forma progresiva secundaria. Sólo un 10% de los casos se presentan inicialmente en forma progresiva primaria.


Síntomas

Los síntomas más frecuentes que se presentan son la pérdida de visión o la visión doble, hormigueos y pérdida de sensibilidad, disminución de la fuerza e inestabilidad en la deambulación. Otros síntomas son:

  • Disminución en el período de atención, de la coordinación y de la memoria.
  • Depresión.
  • Mala pronunciación, dificultad para hablar o entender el lenguaje.
  • Dolor facial, en brazos o piernas.
  • Fatiga (sin causa justificada) y atrofia muscular (por inactividad).
  • Pérdida del equilibrio (ataxia), anomalías para caminar/marcha o vértigo.
  • Disminución de la capacidad para controlar movimientos pequeños, problemas con el movimiento, lentamente progresivo y comenzando en las piernas.
  • Espasmos musculares (espcialmente en las piernas).
  • Espasticidad muscular (rigidez y espasmo incontrolable de grupo de músculos).
  • Entumecimiento
  • Debilidad o parálisis de uno o ambos brazos o piernas.
  • Temblor en uno o ambos brazos o piernas.
  • Alteraciones sexuales.
  • Problemas urinarios:
    • Frecuencia.
    • Dificultad.
    • Urgencia.
    • Escapes de orina.

Diagnóstico

Es importante hacer un pronto diagnóstico, porque hoy en día se dispone de tratamientos que reducen la inflamación del Sistema Nervioso y, si se utilizan con prontitud, evitan o retrasan la aparición de brotes y la discapacidad.

La gran variabilidad de los síntomas obstaculiza un pronto y acertado diagnóstico. La EM se sospecha ante síntosmas que indican inflamación en varias partes del Sistema Nervioso, que suceden más de una vez (brotes repetidos).

Para confirmar el diagnóstico se suelen realizar las siguientes pruebas:

  • Resonancia Magnética (RM), para confirmar la existencia de lesiones inflamatorias y descartar otras posibilidades.
  • Punción Lumbar, para el examen del líquido cefalorraquídeo (LCR), a fin de eliminar posibles infecciones y analizar la existencia de anticuerpos.
  • Potenciales Evocados (PEV), que estudian la función de las distintas vías nerviosas.

Todas estas pruebas son importantes, pero ninguna de ellas sola es suficiente para el diagnóstico.


Tratamiento

Todas las fuentes consultadas coinciden en que un diagnóstico precoz favorece una intervención más efectiva sobre la progresión de la enfermedad. Existen tres tipos de tratamientos:

  • El tratamiento de los brotes, generalmente con ciclos de corticoides que ayudan a una recuperación más rápida.
  • El tratamiento para evitar los brotes y la progresión de la enfermedad, con:
    • Fármacos de primera línea (inmunomoduladores).
    • Fármacos de segunda línea, cuando fracasan los anteriores (inmunosupresores).
  • El tratamiento de algunos síntomas como la fatiga, la rigidez, el temblor o los problemas urinarios. La rehabilitación forma parte de este tipo de tratamientos, y realizada de forma integral y continua puede reportar una notable mejoría funcional en todos los casos. Debe comprender principalmente: psicoterapia, fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia.

 

Qué debo hacer si

Si no sabe si tiene una EM, pero tiene algún síntoma sospechoso de padecerla, debe acudir a su Médico de Cabecera que le remitirá al Neurólogo. En caso de gravedad puede acudir directamente al Servicio de Urgencias de un Hospital.

Si le han diagnosticado una EM y piensa que tiene un brote, dependiendo de lo mal que se encuentre puede:

  • Llamar al teléfono 958-023666, donde podrá consultar con la Enfermera del Hospital de Día de Neurología (mañanas) o dejar un mensaje en el contestador (tarde y noche) para que se ponga en contacto con usted al día siguiente.
  • Acudir al Servicio de Urgencias si no puede esperar.

 

Más información

Le recomendamos la lectura de las fuentes citadas, así como la información que pueda obtener en los trípticos y folletos disponibles en la Asociación, los enlaces recomendados y en la actualidad que intentaremos ir anunciando puntualmente.

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