Tratamiento

Todas las fuentes consultadas coinciden en que un diagnóstico precoz favorece una intervención más efectiva sobre la progresión de la enfermedad. Existen tres tipos de tratamientos:

  • El tratamiento de los brotes, generalmente con ciclos de corticoides que ayudan a una recuperación más rápida.
  • El tratamiento para evitar los brotes y la progresión de la enfermedad, con:
    • Fármacos de primera línea (inmunomoduladores).
    • Fármacos de segunda línea, cuando fracasan los anteriores (inmunosupresores).
  • El tratamiento de algunos síntomas como la fatiga, la rigidez, el temblor o los problemas urinarios. La rehabilitación forma parte de este tipo de tratamientos, y realizada de forma integral y continua puede reportar una notable mejoría funcional en todos los casos. Debe comprender principalmente: psicoterapia, fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia.